lunes, 28 de mayo de 2012

Una mujer decide morir para que su hijo naciera.

El sueño de esta mujer británica de 32 años era ser madre, aunque eso le costara la vida por los diversos problemas de riñón que padecía. 


La mujer llevaba trece años intentando quedarse embarazada. Cuando lo consiguió, los medico le dieron la mala a noticia de que su enfermedad de riñón era incompatible con su embarazo y que debería elegir entre su vida o la de su hijo.
Donna decidió continuar con la gestación y cumplir su sueño de ser madre aunque sabiendo que ellos le costaría la vida. Así, trece mese después de dar a luz, ella falleció. Hoy en día, su hijo crece y se desarrolla sin el apoyo de su madre pero con el cariño y amor de su padre.







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